Venezuela, un país que pasa por una emergencia humanitaria compleja desde el 2015, está entre los peores ranqueados en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), en América Latina y el Caribe. En 2019 la nación ocupó el puesto 19 entre 24 países evaluados, según el Índice que elaboró el Centro ODS para América Latina y el Caribe, una organización con sede en Bogotá, Colombia.

En el caso venezolano, de los 17 ODS, seis presentan un rezago crítico que representan un nivel de avance insuficiente con riesgo alto de no cumplimiento de los ODS para 2030; ocho, un rezago significativo que representa un nivel de avance por debajo de lo esperado con un riesgo medio de no cumplimiento de los Objetivos; y tres ODS tienen un rezago moderado, que implican que el nivel de avance registrado por el país es importante, sin embargo, persisten desafíos en cuanto que no ha alcanzado el nivel esperado.

Los peores resultados de Venezuela son los relacionados con el fin de la pobreza; el hambre cero; la salud y bienestar; la industria, innovación e infraestructura; la acción por el clima; y la paz, justicia e instituciones sólidas. Sobre el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, Venezuela muestra una tendencia decreciente en cuatro y está estancada en otros ocho. Solo se registraron avances moderados en trabajo decente y crecimiento económico, acción por el clima y vida de ecosistemas terrestres. El ODS 7, energía asequible y no contaminante, es el único que muestra una trayectoria esperada, según el Índice publicado por la organización colombiana.

Estos avances reportados, contrastan con la crisis económica en el país cuyo salario mínimo es de menos de $2; la explotación minera y el uso de mercurio; la deforestación en cuencas de ríos; el parque automotor obsoleto; la tala para cocinar con leña a falta de gas doméstico y la inoperatividad y pérdida patrimonial de proyectos relacionados con energía termoeléctrica y solar, por citar algunos ejemplos.

En el fondo

En la región, Venezuela solo está por delante de Honduras, Belice, Guyana, Guatemala y Haití, que ocupa el último lugar del ranking. Incluso, el caso de Venezuela es el más crítico debido a su retroceso en la adopción de los ODS desde 2015. En la mayoría de variables que hacen parte de la evaluación de línea base, el país sudamericano mostró un desempeño decreciente. Los Objetivos en los cuáles se ha hecho más evidente el deterioro son el ODS 1 (erradicación de la pobreza), ODS 2 (hambre cero) y ODS 3 (salud y bienestar).

En términos generales, los países con mejor desempeño son Chile, Uruguay, y Costa Rica respectivamente. Este resultado se debe a su liderazgo a nivel regional en el cumplimiento de diferentes ODS. Los resultados de la evaluación también muestran un rezago en el cumplimiento de los ODS por parte de América Latina y el Caribe. Después de cuatro años de aprobada la Agenda 2030, el promedio del Índice ODS en la región se ubica en 63.1, lo cual evidencia un avance modesto en las metas trazadas. Los mayores rezagos se evidencian en países del Caribe como Haití y Trinidad y Tobago, mientras que en América Latina países como Guatemala, Guyana, Belice, Honduras y Venezuela presentan los niveles más bajos.

Al comparar los resultados del Índice ODS con el nivel de PIB per cápita de los países se observa que los puntajes más bajos corresponden a países de renta baja o media-baja con altos niveles de pobreza. Esto se relaciona con el foco que tienen los ODS en la erradicación de la pobreza y el acceso a servicios básicos e infraestructura.

Región de contrastes

Los resultados del Índice ODS desagregado por cada uno de los 17 Objetivos evidencian algunas diferencias. La región obtiene buenos resultados en el caso de los ODS relacionados con la acción por el clima, ciudades y comunidades sostenibles, agua limpia y saneamiento y fin de la pobreza, sin embargo, a pesar de obtener un promedio por encima de 80 en el puntaje del Índice ODS, los retos en estos objetivos siguen siendo relevantes para la región. Por ejemplo, 62 millones de personas en América Latina y el Caribe siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema. Según los resultados del Índice ODS 2019 para la región, el aumento en cobertura de servicios sanitarios y acceso a agua potable no ha sido correspondido con una necesaria mejora de calidad en la prestación de estos servicios. En las urbes, los niveles de insatisfacción con los sistemas de transporte son altos y los accidentes fatales de tránsito van en aumento. A pesar del buen desempeño en bajas emisiones de gases de efecto invernadero en gran parte de la región, en algunos países está pasando lo contrario ya sea por producción energética (Argentina y Chile) o por exportación de combustibles fósiles (Trinidad y Tobago y Venezuela).

Los tres ODS en los cuáles los países de América Latina y el Caribe cuentan con un peor desempeño en promedio son industria, innovación e infraestructura; reducción de las desigualdades  y paz, justicia e instituciones sólidas. En el ODS 9 se evidencia una tendencia creciente en población con acceso a internet y a banda ancha móvil en casi todos los países de la región. Sin embargo, esto no compensa las deficiencias que aún persisten y se hacen evidentes en una precaria calidad en puertos, carreteras, y demás infraestructura relacionada con comercio y transporte, así como en bajos niveles de presupuesto nacional asignado a investigación y desarrollo.

Por su parte, la desigualdad de ingresos, oportunidades y acceso a servicios básicos medido en el ODS 10 constituye uno de los grandes retos sociales que la región ha tenido durante décadas y que no ha logrado superar.

En lo relacionado con el ODS 16, que busca la promoción de comunidades justas, pacíficas e inclusivas, la región aún enfrenta múltiples desafíos por diferentes razones. Primero, es la región del mundo donde más personas se encuentran en riesgo de un homicidio intencional. Así mismo, en la mayoría de países de la región el nivel de percepción de corrupción en el sector público es alto, al tiempo que se tiene una percepción generalizada de que la administración de justicia civil y penal no cumple con criterios de imparcialidad e independencia. El caso de Haití y Venezuela en este ODS es particularmente crítico, en tanto ambos países no solo presentan un desempeño deficiente en los indicadores que lo componen, sino que este ha tendido a deteriorarse en los últimos años.

A estos retos se suma la problemática reciente de la deforestación de bosques y selvas, competencia que está avanzando en magnitudes alarmantes. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre “El estado de los bosques del mundo”, América Latina y el Caribe es una de las regiones del planeta donde más avanza la deforestación. Motivada principalmente por la actividad agrícola y la industria maderera.

El Índice ODS 2019 para América Latina y el Caribe también destaca que la pandemia del Covid-19 tendrá un efecto negativo en el corto plazo en la mayoría de los Objetivos incluidos en la Agenda 2030. El retroceso será generalizado para buena parte de los indicadores utilizados en el Índice ODS y los efectos serán diferentes para cada uno de los Objetivos, con mayores afectaciones en los Objetivos sociales y económicos que en otros Objetivos asociados con temas ambientales y de consumo.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se adoptaron por todos los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas en 2015 como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030. Los 17 ODS están integrados, ya que reconocen que las intervenciones en un área afectarán los resultados de otras y que el desarrollo debe equilibrar la sostenibilidad medio ambiental, económica y social. 

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