(Francisco Rincón | Fotos: Azul Ambientalistas) Antes de las 8.00 de la mañana se respiraba un aire “distinto” en las orillas del Lago de Maracaibo en el estado Zulia. Minutos después, “el entorno era mágico” en un espacio cuya majestuosidad se ve opacada por la basura que inunda la costa, peces muertos, plásticos flotando en el agua y vestigios de lemna.
El panorama desalentador, no amilano a más de 60 almas que se congregaron en la zona de las palmeras del Tibisay Hotel del Lago, para actuar por un planeta sin contaminación por plásticos. La jornada, organizada por la Fundación Azul Ambientalista conjuntamente con Mapache Ecoaventuras, Kapui Tour y estudiantes de las Universidades José Gregorio Hernández y Rafael Urdaneta (Urbe), con motivo del Día Mundial del Ambiente, se extendió por más de cuatro horas y contó con la presencia de organizaciones ambientales como El Zulia Recicla y emprendedores zulianos.
Las actividades iniciaron con un conversatorio en el que los presentes discutieron el impacto del plástico en el medio ambiente y la salud, posibles soluciones a la problemática, ecoturismo, manejo de la flora y de la fauna, y programas de preservación. Mientras charlaban, los estudiantes mostraron los objetos que crearon a partir de la reutilización utilitaria, luego limpiaron las orillas del Lago y participaron en una regata de kayaks.
Aula abierta por el planeta
Gustavo Carrasquel, director general de la Fundación Azul Ambientalista explicó que este tipo de actividades son importantes porque permiten integrar el esfuerzo de un colectivo en aras de generar conciencia y sensibilizar a la población. “La idea es que los ciudadanos participen en los procesos y aquí lo logramos. Hicimos un aula abierta, algo inédito por sus características en la metrópolis. Vemos con tristeza como las costas están impactadas por la contaminación y debemos brindarles herramientas a las personas para que sea un conocimiento con práctica”.
Durante la jornada, los voluntarios recogieron cauchos, bolsas de plástico, jeringas, preservativos, frascos de vidrio, colillas de cigarro, carteras, zapatos, pitillos, entre otros objetos. Daily Quiva, coordinadora de educación ambiental de la Universidad José Gregorio Hernández comentó que es posible cambiar esta realidad con actitud y aptitud. “Debemos sensibilizarnos y ser responsables. Si no tomamos en cuenta lo que estamos viendo el desastre será aún más grande”.
Si bien el plástico tiene muchos usos valiosos, la humanidad se ha vuelto muy dependientes de empaques de un solo uso o desechables, con graves consecuencias ambientales. En todo el mundo, se compran un millón de botellas de plástico cada minuto y cinco billones de bolsas plásticas desechables se utilizan anualmente en el planeta. En total, 50 por ciento del plástico se utiliza solo una vez.
Casi un tercio de los empaques de plástico que utilizamos no entra a los sistemas de recolección, lo que significa que termina obstruyendo las calles de nuestras ciudades y contaminando el medio ambiente. Cada año, se vierten hasta 13 millones de toneladas de plástico en nuestros océanos, lo que sofoca los arrecifes de coral y amenaza a la fauna marina vulnerable. El plástico que termina en los océanos puede rodear la Tierra cuatro veces en un solo año y puede permanecer en ese estado hasta mil años antes de desintegrarse por completo.
Inconsciencia que mata
El plástico también ingresa a nuestro suministro de agua y por ende a nuestro cuerpo. Contienen varios químicos, muchos de los cuales son tóxicos o causan desórdenes hormonales y también pueden servir como un imán para otros contaminantes, incluidas las dioxinas, los metales y los pesticidas.
Milagros Betancourt, estudiante de contaduría reitero que “debemos aprender y transmitirle los conocimientos a nuestra familia y comunidad, para transformar el entorno”. Su compañera, Nellymar Palmar acompañó sus palabras y agregó que “podemos hacer más cosas por la vida” y actividades como la de Maracaibo “demuestran que es posible”.
Los especialistas recomiendan desde pedirle a los restaurantes que frecuentas que dejen de usar sorbetes de plástico, hasta llevar tu propia taza de café al trabajo, o presionar a las autoridades locales para que mejoren la forma en que administran los desechos de tu ciudad. También puedes llevar tus propias bolsas de compra al supermercado y rechazar los cubiertos de plástico.
Tenemos que crear un mundo distinto y dejar un legado; hacer que nuestra vida valga la pena”.
Los resultados de las últimas investigaciones a nivel mundial, encendieron las alarmas sobre la contaminación por plástico en los océanos del planeta. En el Zulia hay un eco, porque el Lago de Maracaibo también sufre ese problema. Varios informes indican que si no se le da un freno a la “avalancha contaminante”, dentro de 10 años en nuestros mares tendremos una tonelada de plástico por cada tres toneladas de peces; pero si se mantiene ese ritmo, para el 2050 se equipararía la relación de animales marinos con materiales contaminantes.
Cada minuto se vierte al agua de mar el equivalente a un camión de desechos y «vengo alertando que si en los océanos existen dos islas de plástico cuyos diámetros rondan 1,7 millones y tres millones de kilómetros cuadrados; en el lecho marino del Lago de Maracaibo también deben existir miles de toneladas de ese material”, aseguró Carrasquel, quien también es miembro de la Comisión de Consultores Expertos de América Latina ante el Programa de la ONU para el Medio Ambiente. El cierre de la jornada, fue amenizado por la activista y cantautora Surena, y al final los presentes exclamaron: Sin contaminación por plásticos.