Eran las 6:45 am del 1 de febrero cuando el señor Ramón Frescas, de 46 años, salía de su trabajo en la avenida La Limpia, en Maracaibo.

Comenzando el día, un sujeto que ni siquiera portaba mascarilla lo abordó con pistola en mano para robarle su bicicleta. Frescas se resistió al principio y, en forcejeo, el hombre lo golpeó en la cabeza y le disparó dos veces: en una falló y el otro disparo le llegó a su pierna izquierda.

“Por fortuna, la bala no tocó hueso ni nada y ahora estoy estable”, cuenta a Mediosur el señor Ramón, desde su casa, pero rememora inmediatamente lo que pasó:

“Yo trabajo como vigilante nocturno en una venta de cambio de aceite, diagonal a Bonanza [en la avenida La Limpia], eran aproximadamente las 6:45 am cuando me dirigía hacia mi casa y justo al cruzar en la calle paralela, a escasos 70 metros de Bonanza, un sujeto portando arma de fuego aparentemente calibre 38 mm, me intersectó: ‘mald*to, dame la bicicleta, o te pego un tiro’.

Mi reacción al momento fue poner resistencia, pero me quitó un bolso koala en el que cargaba documentos personales y el teléfono. Logré quitarle el bolso y el continuaba ‘dame la bicicleta o te pego un tiro mald*to’.

Después me disparó (sin lograr alcanzar el proyectil), luego me golpeó la frente con la cacha del revolver; volvió a disparar y allí logró darme en la pierna izquierda con estrada y salida del proyectil.

El delincuente se subió a la bicicleta y se fue”.

Un camión cisterna que pasaba por la zona lo auxilió y trasladó al Hospital Universitario de Maracaibo (Sahum), aunque antes tuvo que pasar el conocido “ruleteo” por centros de salud públicos de la ciudad.

En el Sahum, por ser un centro centinela de COVID-19 en la región zuliana, apenas pudieron darle la atención necesaria para luego darle de alta.

El resto de insumos corrió por cuenta de Frescas, quien agradeció el apoyo económico de su jefe, pero no sabe cuánto tiempo debe guardar reposo y esperará cómo evoluciona su salud.

Más que una cifra

Solo en seis meses, Ramón Frescas se convierte en, al menos, el cuarto ciclista abordado con un arma para robarle su bicicleta, de acuerdo con registros de Ciclovías Maracaibo.

Esta vez, el asaltante fue descrito por Frescas como un hombre moreno, de unos 1.76 metros de estatura. “Ni siquiera cargaba tapabocas, andaba de jean. Tan pronto sacó el arma, eso fue lo que vi”, rememora.

Sin embargo, por temor a represalias, prefirió no formalizar una denuncia ante las autoridades.

Robos y asesinatos: los riesgos de ser ciclista en Maracaibo

Desde Ciclovías Maracaibo, hacen un llamado a las autoridades para que actúen ante la seguridad que requieren los usuarios al utilizar un medio de transporte, en este caso, la bicicleta.

En agosto de 2020, organizaciones de la sociedad civil zuliana entregaron una propuesta para el desarrollo de ciclovías en Maracaibo, luego del fallecimiento de Fiorella Giurdanella, de 24 años, arrollada mientras entrenaba con su equipo.

A pesar de las propuestas, los robos, ataques y arrollamientos a ciclistas en la capital zuliana siguen latentes; y, al igual que cualquier ciudadano, cada ciclista tiene una historia.

Ramón es un ingeniero en Materiales Industriales que ha trabajado en arbitraje profesional de fútbol venezolano y actualmente hace parte del personal administrativo de la Universidad Politécnica Territorial del Maracaibo (UPTMA), antiguamente conocida como IUTM.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí