En el estado han sido observadas más de 700 especies de aves ocupando el top tres en Venezuela y hay al menos 68 sitios de interés para verlas. Pero enfrentan presiones y padecen las consecuencias de la degradación ambiental, la conversión y transformación de sus hábitats con fines agrícolas, pecuarios y piscícolas, la contaminación, el tráfico de fauna y el mascotismo.

Texto y foto principal: Francisco Rincón (@frajorim).

Entre los miles de metros cuadrados de concreto en la avenida 5 de Julio de Maracaibo se escucha la vocalización de las aves. En esos espacios tratan de encontrar refugio en los pocos árboles de la avenida mientras cae la tarde. 

Especialistas y observadores estiman que el Zulia cuenta con unas 760 especies de aves, aunque existen discrepancias en las cifras. Entre las más comunes se encuentran el Azulejo de Jardín (Thraupis episcopus), Gonzalito (Icterus auricapillus), Carpintero Habado (Melanerpes rubricapillus), Paraulata Llanera (Mimus gilvus), Lechosero Ajicero (Saltator olivascens) y la Palomita Maraquita (Columbina squammata), mientras que entre las difíciles de encontrar destacan Chicagüire (Chauna chavaria), Pico Grueso Gris (Pachyramphus homochrous), Titirijí de Maracaibo (Todirostrum viridanum), Atrapamoscas Pico Tenue (Inezia tenuirostris), Galandra (Quiscalus mexicanus) y Falaropo Picofino (Phalaropus lobatus).

Lermith Torres, doctor en Educación y presidente de la ONG MANGLE, resalta que Zulia es un paraíso para las aves, tanto residentes como migratorias, con lugares muy importantes como la Ciénaga de Los Olivitos y de La Palmita, Produsal, Ojo de Agua El Cardón, La Guajira, Las Peonías y el Sur del Lago. 

Leyenda: bandada de Torditos (Quiscalus lugubris) en uno de los árboles del Parque la Marina en Maracaibo. Foto: Francisco Rincón.

De lindas a importantes 

Las aves ayudan al correcto funcionamiento de los ecosistemas y uno de sus papeles principales es en las cadenas alimenticias (corriente de energía y nutrientes que se establece entre las distintas especies de un ecosistema en relación con su nutrición), pues permiten que exista un equilibrio en la naturaleza. También desempeñan roles claves como el de contribuir al proceso de polinización, dispersar semillas, ser controladores biológicos, indicadores de las condiciones ambientales de un hábitat y formar parte de la identidad cultural de muchos lugares. 

“Las aves constituyen elementos fundamentales en el mantenimiento de todos los ecosistemas donde viven (…) y proporcionan a la sociedad un conjunto de beneficios conocidos como servicios ecosistémicos”, afirmó Nicolas López, responsable del programa de Conservación de especies amenazadas de SEO/BirdLife, en una entrevista para su organización. 

Una gran diversidad

En eBird -una plataforma colaborativa gratuita cuyos datos documentan la distribución, abundancia, uso de hábitat y tendencias de las aves-, se encuenta que en el Zulia han sido observadas 700 especies (61% del total de todo Estados Unidos) y hay al menos 68 sitios de interés para su observación, encabezando el top tres el Parque Nacional Sierra de Perijá, Valle de Lajas y el Parque Ecoturístico Ojo de Agua El Cardón en el Consejo de Ziruma. 

Sin embargo, en la lista también está el Jardín Botánico, La Vereda del Lago, Caimare Chico, la Universidad Bolivariana (antigua sede de la URU vía San Isidro), el Zoológico, la Facultad de Ciencias de la Universidad del Zulia, la Plaza Bolívar de Maracaibo y el Parque Urdaneta. 

Leyenda: Garzas blancas reales (Ardea alba) y Chismitas (Egretta thula) enntre las aguas residuales y la basura en la cañada La Silva en San Francisco. Foto: Francisco Rincón.

Venezuela está entre los diez países con mayor diversidad de aves en el mundo, de acuerdo con el Laboratorio Cornell de la Universidad de Nueva York y Zulia, con su variedad de ecosistemas, está en el top tres de las regiones solo por detrás del Táchira, que ocupa el segundo lugar y de Bolívar, que encabeza la lista de eBird. 

Según datos del Sistema Venezolano de Información sobre Diversidad Biológica del Ministerio para el Ecosocialismo, Venezuela alberga más de mil 400 especies de aves, de las cuales 48 son endémicas (su distribución se limita a un ámbito geográfico determinado y no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo) y 33 están amenazadas de extinción. En los registros de eBird, hay mil 389 especies observadas en el país

El epicentro del Coquivacoa 

Venezuela, y el Zulia específicamente, están insertas en varias rutas migratorias de varias aves. Las migraciones son muy diversas y hay de muchos tipos.

Incluso, hay aves que salen desde Canadá, se alimentan en Zulia y siguen su migración hacia el sur, cómo es el caso del Playero Pecho Rufo (Calidris canutus), Playero Arenero (Calidris alba), Playerito Occidental (Calidris mauri), Playerito Menudo (Calidris minutilla), Protonotaria (Protonotaria citrea), Reinita de los Charcos (Parkesia noveboracensis), Reinita Rayada (Setophaga striata), Candelita Migratoria (Setophaga ruticilla), entre otras. 

Leyenda: un individuo de Playero solitario (Tringa solitaria) en un cuerpo de agua del estado. Foto: cortesía de Francisco Inciarte.

En el caso particular de las aves migratorias, la degradación ambiental y la pérdida de las constantes climáticas altera dramáticamente su migración y pone en riesgo su vida debido a que dependen de la sincronía de recursos naturales en lugares, momentos, cantidades y condiciones específicas. Es como viajar y depender de una gasolinera en la vía para poder continuar, pero no encontrarla porque ya no existe, explica Francisco Inciarte, antropólogo y activista ambiental que observa aves desde hace más de 10 años. 

Cuando su hábitat fue transformado de manera tan drástica, las aves se ven obligadas a buscar otros nichos ecológicos que les sean más favorables. Algunas se adaptan, pero otras no lo logran.  

Amenazas latentes 

De acuerdo a la Lista Roja de la Fauna Venezolana (2015), producto de una alianza entre la ONG Provita y Fundación Empresas Polar, 3% de las especies de aves evaluadas están amenazadas y muchas otras más ya casi lo están. Las principales concentraciones de aves amenazadas están en la Sierra de Perijá y el Macizo de Turimiquire (Sucre), seguidos por las cordilleras de la Costa y de los Andes.

La principal amenaza a la sobrevivencia de la fauna venezolana es la conversión y transformación de su hábitat a diferentes usos humanos. Sobresalen los cambios con fines agrícolas, pecuarios y piscícolas que afecta a 65% de las especies. En el caso de las aves, el 80% de las especies están afectadas. Otros factores que las perjudican son las construcciones residenciales y comerciales, la producción de energía y minería, el transporte y los corredores de servicios, el uso de recursos biológicos, la intrusión o perturbación humana, la modificación de sistemas naturales y la contaminación. 

En el caso zuliano se suman las quemas, la destrucción de ecosistemas muy frágiles del cual dependen muchas aves por parte de las industrias camaroneras y los derrames petroleros en el Lago de Maracaibo y parte de su cuenca hidrográfica que ocasionan que algunos individuos queden petrolizados y afectan su fuente de alimentación.

En el municipio Miranda, por múltiples factores, entre las poblaciones de especies que han disminuido destacan la Palomita Azul (Claravis pretiosa), Querrequere (Cyanocorax yncas) y el Canario de Tejado (Sicalis flaveola), detallaron avistadores consultados.

Los perjuicios del mascotismo

Libicni Rivero, veterinaria de vida silvestre, explica que el tráfico de fauna es muy nocivo. “El daño es a toda la cadena ecosistémica. Sin aves no podemos vivir. Es terrible como hasta saquean los nidos en temporada de reproducción para traficarlos. Son animales que no están acostumbrados a estar encerrados y por cada ave enjaulada mueren al menos otras 10. De tanto estrés se mueven de un lado para otro, se arrancan las plumas y la alimentación que les dan en casa les hace mucho daño. Otra práctica nefastas es cortarles las plumas. En esa zona tienen nervios y las heridas abiertas muchas veces les ocasiona la muerte a las semanas”. 

Leyenda: Tordito (Quiscalus lugubris) aplastado sobre el pavimento en la Circunlación 1 entre Maracaibo y San Francisco. Foto: Francisco Rincón.

La captura, tenencia o transporte de aves silvestres está prohibido por la Ley Penal del Ambiente. Lermith Torres, de la ONG MANGLE, espera que se refuerce la vigilancia y el control para su protección y la de los ecosistemas. 

Además del sufrimiento animal y las economías ilícitas en torno al tráfico de fauna silvestre, existen riesgos para la salud humana relacionados con las enfermedades zoonóticas. Aves como loros, pericos y guacamayos, comúnmente encerrados en jaulas dentro de patios, viviendas o incluso sueltos sobre las personas, son susceptibles de padecer y transmitir la bacteria salmonella (puede ser mortal), chlamydia psittaci (causa psitacosis, una enfermedad respiratoria), leptospirosis y gripe aviar. 

Ruta a la libertad

Libicni Rivero señala que hay una estrecha relación entre la ausencia de vegetación y de aves, y ya se nota en ciudades como Maracaibo. Las aves necesitan espacios naturales saludables para desarrollarse bien. Pero en el caso de Maracaibo la cobertura vegetal se ha reducido drásticamente, está seca y caliente.

“Disfrutémoslas en los árboles comiéndose los insectos y frutas. Ellas posan y esa es una manera de apreciarlas sin hacerles daños ni encerrarlas de por vida. Tenemos miles de razones para reforestar y crear corredores biológicos para que la biodiversidad siga perpetuándose y para que las aves no desaparezcan”, implora.

Francisco Inciarte la secunda y resalta que entre más saludables estén los espacios naturales y las interacciones entre especies, hay más beneficios para todos. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí