El Congo Mirador, un pueblo de viviendas construidas sobre el agua ubicado en la bahía de Ologá, en el estado Zulia, se encuentra en el olvido. 

Consumidos por barro, producto de la sedimentación, sus habitantes, mayormente pescadores, han decidido migrar a otros sectores como Maracaibo, la capital zuliana, o a los pueblos fronterizos en Colombia, dejando atrás sus recuerdos y sus vidas. 

Anabel Rodríguez Ríos, documentalista y directora de Érase una vez en Venezuela, film reconocido internacionalmente como Once Upon a Time in Venezuela, narra la historia de una comunidad abandonada por las autoridades venezolanas, como semejanza a la situación que vive cada ciudad, país y sector de Venezuela. 

Como cierre de cátedra, Miguel Gamboa, profesor y comunicador social egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) en Guayana, junto con sus alumnos, propuso la proyección del filme venezolano en el auditorio Constanza Verolini de esa casa de estudios el día 11 de febrero.

El objetivo de dicha proyección era crear un debate y darla a conocer en la comunidad ucabista, pues, como explica el profesor, a pesar de su repercusión en las redes sociales, no tuvo la suficiente popularidad en las salas de cine venezolanas.

Esta filmografía venezolana, “es una muestra de la realidad venezolana después de las protestas de 2017, en donde de manera genuina sin enfatizar la situación política del país o estadísticas de migración o pobreza extrema, expone la vida de venezolanos”, expone a Mediosur el profesor Gamboa.

El periodista añade que “es fundamental porque respeta al espectador, respeta a las personas y es una realidad con la cual cualquiera pudiese identificarse (…) se convierte en un espejo de lo que es el país”.

Por su parte, Félix Córdova, estudiante de la Ucab Guayana, comenta que las similitudes con la realidad son “increíbles” puesto que “las diferencias políticas, la migración la pobreza y la falta de atención por parte de las autoridades gubernamentales son temas que se ven (…) en Venezuela”.

Sentimientos encontrados 

La situación que se evidencia en la película trae consigo tres sentimientos o emociones que se hacen presentes en el espectador. Córdova los puntualizó como: “tristeza, asombro e ilusión”.  

Para Córdova, la tristeza es por todo lo que se vive en el Congo Mirador, la falta de oportunidades y el incumplimiento de las demandas de la población por el gobierno estatal; asombro porque como se muestra el día a día de la comunidad e ilusión por una frase que se repite a lo largo de la cinta “tengo la esperanza de volverte a ver”.

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Dos vertientes políticas, una realidad que impacta a millones de venezolanos, Érase una vez en Venezuela es una obra que muestra la Venezuela del siglo XXI, la Venezuela que aún no está perdida. 

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