Texto y fotos: Francisco Rincón (@Frajorim)
Este 18 de septiembre de 2024 está marcado como la fecha límite simbólica en la que Venezuela llegará a su “sobregiro ecológico”, es decir, a consumir todos los recursos y servicios de la naturaleza que puede regenerar en un año. A escala planetaria el Día del Sobregiro de la Tierra fue el 1 de agosto.
Esta situación de déficit medioambiental fue alertada en el informe anual dado a conocer por la plataforma Earth Overshoot Day, cuyas estimaciones para 2024 se basan en la edición de 2023.
Entre los años 2020 y 2024, el sobregiro ecológico de Venezuela ha estado entre los meses de agosto y septiembre.
La organización Global Footprint Network, que calcula y organiza estas fechas, las determina realizando un cálculo “dividiendo la biocapacidad del planeta (la cantidad de recursos ecológicos que la Tierra es capaz de generar ese año), por la huella ecológica de la humanidad (la demanda de la humanidad para ese año), y multiplicando por el número de días de un año”, detalla un artículo publicado en National Geographic. Por lo tanto, el resto del año corresponde al sobregiro.
Déficit y sobrecargas
Tal como define la organización, la biocapacidad de una ciudad, estado o nación representa su superficie terrestre y marina biológicamente productiva, lo cual incluye los bosques, los pastos, las tierras de cultivo, los sitios para calar las redes de pesca y los terrenos edificados. Mientras que la huella ecológica se ocupa de medir la demanda de recursos por parte de una población, tales como alimentos, productos ganaderos y pesqueros, madera, espacio para infraestructuras urbanas y bosques, entre otros.
Si la demanda de bienes ecológicos de una población supera la cantidad disponible, esa región tiene un déficit ecológico. “Una región en déficit ecológico satisface la demanda importando, liquidando sus propios bienes ecológicos (como la sobrepesca) y/o emitiendo dióxido de carbono a la atmósfera”, explica la entidad.
Greenpeace detalla que el sobregiro, en términos más prácticos, indica que habrá una sobrecarga en la tala de árboles, afectaciones de suelo y agua, además de un mayor riesgo de pérdida de fauna y flora, lo que afectará las condiciones en la calidad de vida de las personas y las formas de vida. “Todo lo que consumimos, compramos y adquirimos tiene un impacto en el ambiente, es lo que llamamos Huella de Carbono”. Greenpeace hace una advertencia para que desde casa se cambien los hábitos de consumo ya que el planeta no está generando ninguna capacidad de ahorro medioambiental, por lo que los actuales patrones de consumo tienen un alto impacto ecológico.
Venezuela SOS
La organización Clima 21 alertó en julio que la triple crisis ambiental es un asunto olvidado por los actores políticos de Venezuela, mientras que otras ONG también denunciaron que la opacidad estatal niega soluciones.
Para los expertos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), Venezuela es uno de los países menos preparados para enfrentar el cambio climático, porque “exacerbará muchos de los desafíos que enfrentan las ciudades en la actualidad”, como sequías e inundaciones y olas de calor extremas.