Texto y foto principal: Juan Daniel Ferrer
El «charco podrido», como se refieren los habitantes de Los Puertos de Altagracia en el municipio Miranda, es ignorado. Pero este desconocido e infravalorado espejo de agua al borde de la avenida Valmore Rodríguez es el humedal Ciénaga Salitre, una zona de gran importancia ecológica.
La Ciénaga Salitre está constituida por lagunas temporales que se forman principalmente por la acumulación de aguas de lluvia favorecidas por la baja permeabilidad de los suelos característicos del lugar (arcilloso y arenoso).
Los humedales, son indispensables por los innumerables beneficios o «servicios ecosistémicos» que brindan a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos, materiales de construcción y por su biodiversidad, hasta recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.

En el caso de Ciénaga Salitre, destaca un parche de plantas de eneas, un área reducida de mangle botoncillo y cují, y observadores han registrados más de 100 especies de aves, rabipelados, lagartos, serpientes y galápagos que contrastan con gatos, perros y vacas.
Un ecosistema tan vital como frágil.



Amenazas
Este humedal está degradado y sometido a la contaminación por las descargas de aguas negras de comunidades adyacentes; los desechos urbanos que arrojan propios y extraños; la quema de desechos que emiten gases peligrosos para la salud humana y el ambiente, y la presencia de plásticos y microplásticos que pueden ingerir los animales y llegar hasta la cadena trófica (alimentaria) alterando el equilibrio del ecosistema.

Luis Loyo, técnico en evaluación ambiental y voluntario del movimiento ambientalista MANGLE, explica que en la Ciénaga la fauna es diversa, sin embargo, no hay estudios específicos de todo el ecosistema. «Alberga especies de aves migratorias que son un eslabón esencial para la vida en el planeta. Este humedal donde reposan temporalmente y se alimentan forma parte de su ruta migratoria. Otras especies son autóctonas y se reproducen aquí».
Pese a la presencia de esta biodiversidad, se desconoce con exactitud su estado y los cambios a lo largo de los años debido a las actividades humanas.
Mayela Suárez, habitante del sector la Salina del sur, aseguró que en los años 70 existían otras lagunas y en sus tiempos de estudiante «recolectaba muestras de agua, algas y caracoles».
Por su parte, Enrique Medina, vecino de la localidad, dijo a Mediosur que «la gente que pasa cerca de la Ciénaga la ve como un chiquero por el mal olor y por su apariencia. No es la misma de hace 40 años donde se veían flamencos y garzas. Ahora solo es un charco».

Expertos detallaron que todavía se ven algunas algas y caracoles, sin embargo, ya no existe la diversidad de especies de peces que en el pasado.
Posible restauración
Especialistas como Loyo reiteraron que es posible la restauración ecológica de la Ciénaga Salitre a través de un abordaje integral de las problemáticas, educación ambiental y acciones conjuntas de las instituciones del Estado y vecinos.
Hoy la Ciénaga Salitre sigue siendo un reservorio de vida infravalorado por el desconocimiento y el desinterés por parte de quienes pueden impulsar los cambios que contribuyan a mejorar las condiciones socioambientales del ecosistema.