Por Francisco Rincón
En la cesta de la bicicleta de Julio va una planta que a partir de ahora será parte del espacio público de Maracaibo, una ciudad en la que según algunos especialistas hacen falta más de cinco millones de árboles.
El joven forma parte de la Red de viveristas voluntarios de Maracaibo, una iniciativa que comenzó con proyectos individuales de plantación en la capital zuliana, especialmente de especies nativas como el cují, almendrón, camoruco, curarire, ceiba y araguaney, que se adaptan bien al clima local, que puedan soportar las altas temperaturas y sobrevivir sin tanto mantenimiento.
Cuando se unen, forman esa Red que se alimenta de viveros individuales en casa de los integrantes: cada uno recolecta semillas, germina, composta y cuida las plantas durante un tiempo en sus hogares, hasta que estén listas, y las llevan a sembrar. Todo el proceso lo documentan con fotos y videos como una forma más efectiva de crear conciencia y educar a otras personas a través de las redes sociales.
“Más que un vivero, es un hermoso bosque de información», resalta en una publicación de la cuenta en Instagram de la Red (@red_viveristasvoluntariosmcbo), para referirse al espacio que cuida con esmero un profesor.
Iniciativa que trasciende
«Árboles para hacer de Maracaibo un lugar más fresco» es una frase que se repite con frecuencia entre los integrantes de la Red, pero además de las jornadas de reforestación, también hacen sobres que llenan con semillas de especies nativas y los identifican con su nombre común y científico para regalarlos. “Siembra nativos”, es el mensaje que los acompaña.
En algunas ocasiones las jornadas incluyen la adopción de árboles y conversatorios sobre ecología urbana para aprender sobre la importancia de los árboles en las ciudades y cómo contribuyen a la biodiversidad y al bienestar.
Una alianza con otras personas y organizaciones, como El Zulia Recicla, permite darle vida a +Empaques +Árboles, una iniciativa que transforma los empaques y envoltorios plásticos en bolsas de vivero y macetas para propagar los árboles que plantan en la ciudad, resalta Libicni Rivero.
“Tratamos de evitar que los plásticos contaminen nuestras cañadas, ríos y el lago de Maracaibo. Cada árbol que crece gracias a esta iniciativa contribuye a mejorar la calidad del aire, a conservar la biodiversidad urbana de Maracaibo y a refrescar nuestros espacios públicos”, comenta Luis Sibira.
Sueñan con más
A Julio Ramírez le emociona todo lo relacionado con los árboles, “esos que nos llenan de vida, nos hacen sentir útiles y mejoran nuestra salud mental”. En su casa tiene entre 300 y 400 plantas que espera tener listas para el año que viene y sueña con la idea de que al plantarlas tengan un código QR con la ficha técnica de la especie para que las personas puedan aprender mucho más.
“El compromiso con la plantación y la educación ambiental es un ejemplo de cómo podemos contribuir a un cambio positivo”.
Biólogos y agrónomos han resaltado la relevancia de aumentar la vegetación en las ciudades para mejorar la calidad del aire, reducir la temperatura, mejorar el bienestar y la salud de los ciudadanos y proporcionar hábitats y recursos para la fauna local.
Los viveros urbanos tienen una importancia fundamental en la propagación de plantas, la siembra y el mantenimiento de áreas verdes.
Muchas acciones se llevan a cabo por la constancia y perseverancia de cada uno de los viveristas, que animan a la ciudadanía a unirse desde sus comunidades a aprender, regar y cuidar.