Texto y fotos: Francisco Rincón (@Frajorim)
En poco más de un año la orilla de la segunda etapa de la Vereda del Lago de Maracaibo cambió por completo. Poco a poco la línea de costa ha ido retrocediendo y perdiéndose la arena. En agosto de 2025 una caminata por este emblemático parque permite ver árboles y construcciones de concreto dentro del agua, raíces expuestas, acantilados desmoronándose y árboles a punto de caer.
El agua está cada vez más cerca frente a la mirada de quienes hacen ejercicio en el lugar y de funcionarios de instituciones gubernamentales que recogen desechos y plantan árboles.



En silencio, en al menos dos puntos críticos de este parque, Maracaibo muestra los primeros signos de erosión costera, que significa un proceso gradual de desgaste, desplazamiento y pérdida de material en las costas debido a la acción combinada de factores naturales y humanos.



Entre las posibles causas de la erosión costera destacan la acción de las olas, el aumento del nivel del mar, la deforestación, la construcción de infraestructuras cerca de la costa, la extracción de arena, los cambios en los patrones de corrientes marinas, los eventos climáticos extremos, la subsidencia del terreno (hundimiento gradual del suelo) y la explotación de recursos subacuáticos como la extracción de petróleo.
Aunque a simple vista parezca inofensiva, la erosión costera tiene efectos devastadores como el desplazamiento de comunidades, la pérdida de tierras y de hábitat, graves afectaciones a la infraestructura y las economías locales, entre muchos más.


Sin respuestas
La erosión costera, que es intensificada por el cambio climático, es un problema mundial. En Venezuela no abundan los registros, sin embargo, en 2025 se publicaron dos reportajes de investigación sobre el tema, junto con el aumento de nivel del mar: el primero profundiza en el estado Anzoátegui, mientras que el segundo en la Guajira venezolana.
Estos primeros signos de erosión costera en Maracaibo se suman a otros graves problemas que convergen en el Lago de Maracaibo, como lo son los derrames de petróleo, el vertido de aguas residuales, la presencia de verdín, la contaminación por plásticos y microplásticos, y la desidia que enturbia aguas transfronterizas.


