Texto y fotos: Francisco Rincón (@Frajorim)
“A esto nunca le paran bolas. Le hacen unas marañas unos días y se pierden esos cobres. Siempre es lo mismo”.
La frase de Carlos, casi calcada, se repite cada vez que se le pregunta a algún vecino o transportistas sobre la avenida 17 Los Haticos, que conecta los municipios Maracaibo y San Francisco.
A lo largo de los más de 4.5 kilómetros hay al menos cinco botes de aguas negras, huecos, basura, paradas de transporte público destruidas, bocas de visitas y tanquillas sin tapas, animales muertos sobre el pavimento, el alumbrado público es casi inexistente y varios tramos son usados como doble vía ante el mayor deterioro de la arteria sentido Maracaibo-San Francisco.
Se repite la historia
Los Haticos es una de las zonas donde inició el desarrollo petrolero, industrial y comercial con la llegada de los alemanes, turistas y visitantes que disfrutaban entonces del Lago de Maracaibo. Sin embargo, la calamidad en la avenida no es nueva.
El 5 de agosto del 2012 el entonces gobernador del estado Zulia, Pablo Pérez Álvarez, acompañado de Eveling Trejo de Rosales, alcaldesa de Maracaibo para la fecha, y de otras personalidades, inauguró el corredor vial Monseñor Roberto Lückert en honor a este insigne sacerdote que agradeció en persona el honor y lo bendijo.
Medios locales reseñaron que la obra tuvo una inversión de 33 millones de Bolívares y además de asfaltado y vaciado de pavimento, instalaron un nuevo sistema de iluminación con tecnología de avanzada, 24 nuevas y modernas paradas para el transporte público, monumentos y obras de arte gigantes colgadas en paredes.
Menos de tres años después, con Francisco Arias Cardenas como gobernador, ya se reportaba la paralización de la intervención de la carretera para “levantar el asfalto para acabar con los botes de aguas blancas y servidas”. Los vecinos se quejaban y enfermaban. En 2016 los transportistas se sumaron a las denuncias y comenzaron a exigir soluciones a la mala vialidad, inseguridad y falta de alumbrado.
Millones y problemas
Durante la gestión de Omar Prieto en la Gobernación la avenida Los Haticos volvió a ser noticia. En noviembre del 2019 se anunció su “intervención integral y estructural”. En marzo de 2021, según Freddy Rodríguez, Secretario general de Gobierno para las Grandes Obras de Infraestructura, Ambiente y Agua del estado Zulia, la obra tenía un avance del 65% con una inversión estimada de siete millones de dólares.
El funcionario recalcó que los trabajos los hacían con el apoyo de la Misión Barrio Nuevo Tricolor, Corpoelec, Metro de Maracaibo y empresarios de la zona, e incluía semaforización en toda la vía, fortalecimiento del sistema de alumbrado vial, ornato y recuperación de las áreas verdes y recreacionales de la zona, corrección de fugas de agua, reacondicionamiento de las paradas del transporte público, y adecuación de servicios como el agua, telefonía, gas y fibra óptica.
El propio Prieto inspeccionaba las obras que quedaron abandonadas sin terminar.
Otra intervención con resultados pendientes
El 17 de enero de 2023 el actual gobernador del Zulia, Manuel Rosales, encabezó el inicio de “los trabajos de recuperación” del corredor vial Los Haticos. Aseguró que “hoy está abandonada, destruida. En nuestra pasada gestión convertimos esto en un corredor vial y, en el tiempo, lo que vino después fue el desastre. Aquí hay bateas obstaculizadas, tramos de vía totalmente cerrados y paralizados».
Rosales anunció que la Gobernación trabajaría por etapas porque “esta es una situación delicada que no se puede solucionar en el breve tiempo”. Las labores que entonces iniciaban preveían la construcción de bateas de concreto, asfaltado de tramos deteriorados de la vía, sustitución de colectores, solución de drenajes, reacondicionamiento de bocas de visitas, iluminación, demarcación, señalización, colocación de ojos de gato, arborización y paisajismo.
Siete meses después el gobernador constató el avance de los trabajos y volvió a resaltar que “esto ha resultado en una verdadera complicación, porque han hecho trabajos que de nada sirvieron: dinero botado al Lago”, dijo. “Lo peor es que muchas de estas obras aparecen en algunos organismos como ejecutadas, construidas y el desastre en Los Haticos es algo que no tiene nombre”.
Mientras tanto, los huecos, la basura, los botes de agua y la oscuridad siguen siendo protagonistas en el paisaje del corredor vial Monseñor Lückert en la avenida los Haticos.