La Fundación Rehabilitarte estimó a través de su monitoreo “¿En Cuánto el Récipe?” que una persona con trastorno por consumo de alcohol y sustancias necesita al menos Bs. 43.614.689 o $ 23.92 para cubrir su tratamiento mensual.
Dicha cifra equivale a más de 109 salarios mínimos, tomando en cuenta que hasta la fecha el monto oficial del mismo es de Bs. 400.000.
Cabe destacar que el dólar paralelo se ubicó, para la fecha del monitoreo (29 de enero), en Bs. 1.823.627,32, divisa que rige de manera informal la economía nacional.
Asimismo, el monto corresponde a un tratamiento prototipo (Fluoxetina, Buspirona, Carbamazepina y Risperidona), aunque cada caso en la práctica se debe evaluar de forma individual.
Por otro lado, Rehabilitarte registró que el costo de los psicofármacos aumentó hasta un 400% durante el mes de enero, pese a que el dólar paralelo incrementó un 76%.
Los antiparkinsonianos lideraron el alza con un 419%, seguidos por los antidemenciales, los cuales incrementaron un 236%.
Siguen los antipsicóticos con un 156% de aumento con respecto a su costo el pasado mes, mientras que los antidepresivos registraron un incremento del 112%.
La Fundación Rehabilitarte a través de esta iniciativa monitorea los precios de los medicamentos psiquiátricos indispensables, con el objetivo de difundir los precios más accesibles para quienes los requieren.
¿Dónde están los psicofármacos?
El monitoreo correspondiente al mes de enero ocupó 19 farmacias de Maracaibo, en el cual destacó una lista de 19 medicamentos que están totalmente escasos.
Estimulantes como Atomoxetina y Metilfenidato llevan varios meses ausentes, mientras que este mes destacó la escasez de ansiolíticos en un 81.58%, entre ellos Diazepam, Clorazepato, Lorazepam y Midazolam.
Los antiparkinsonianos por su parte también registraron un índice de escasez del 81.58%, seguidos por los antidemenciales, que escasearon en un 69.74%.
En este sentido, los antipsicóticos se encuentran escasos en un 67.10%, los sedantes y los antidepresivos en un 63.16%, los moduladores del estado de ánimo en un 47.37%, y los anticonvulsivos en un 55.26%.
Con respecto a las zonas de la ciudad, el sur resultó ser la más perjudicada con un 60% de escasez, seguida por diversas zonas del centro, donde los psicofármacos escasearon en un 58.75%.
Esto implica que quienes habitan en sectores como Los Estanques deben trasladarse a farmacias alejadas de sus comunidades, para poder adquirir sus medicamentos. Aunado a esto, las grandes caminatas, la pandemia y la falta de combustible dificultan aún más el acceso a los psicofármacos para los vecinos de estas zonas en la capital zuliana, volviendo casi inaccesible la salud mental.
Es importante recordar que la salud debe ser un derecho humano al alcance de todos. Sin embargo, las instituciones públicas no cuentan con los recursos suficientes para cubrir la demanda en materia de salud mental, y la economía venezolana tampoco dispone un espacio donde las personas acudan a un servicio de calidad.
Por lo tanto, Rehabilitarte insta al Estado a dotar de recursos y potenciar las estructuras de atención en salud mental, así como también recomendamos a las agencias que coordinan la respuesta humanitaria en Venezuela incluir a la Salud Mental en sus proyectos.
Con información e infografías de Prensa Fundación Rehabilitarte